Leer la historia de Abraham en el libro del Génesis me quita el aliento.
Leer la explicación de Scott Hahn aquí aún más.
La vida de Abraham esta resumida en unos pocos capítulos en el libro Génesis. Todo comienza con un primer encuentro, un encuentro que inexorable y completamente, cambia el rumbo de su vida. Toda una vida, que de ahi en adelante, va a ser diferente, no sólo para el mismo Abraham pero para toda su familia (Qué responsabilidad!). Toda una vida pasada creyendo, esperando, confiando, comenzando de nuevo, volviendo a confiar, volviendo a esperar. Leerlo en unos pocos capítulos no le hace justicia, no acaba de darnos una idea de cómo debe haber sido para Abraham: Dejar todo por una promesa.
Y esa promesa tarda en venir, no días o semanas, pero años.
Sólo puedo imaginar lo que debe haber sido para Abraham (Y Sara): verse envejecer, consumirse, cansarse, esa sensación de que el tiempo se le agota. ¿Dónde esta esa promesa? ¿Realmente hubo una promesa? ¿o me la inventé yo? - esa serian las preguntas que yo me haría. Pero no Abraham.
La vida de Abraham no es la vida tranquila de una persona mayor. Su vida está plagada de momentos difíciles, espeluznantes incluso. Dios promete una tierra, pero la tierra no esta vacía. Dios promete descendientes numerosos como las estrella, pero no hay hijo. Hay guerras, disputas familiares, momentos de debilidad, errores (Leer las peripecias de su vida me recuerda las palabras de Santa Teresa: "Señor, si así es que tratas a tus amigos, no me extraña que tengas tan pocos") Pero nunca me llevo la impresión de que Abraham duda de ese Primer Encuentro.
Muchos de nosotros que nos llamamos cristianos, podemos mirar atrás y señalar un Primer Encuentro: ese intenso momento de acercamiento donde Dios dejó de ser idea para convertirse en persona, donde Dios dejo de ser abstracto para convertirse en Padre. Un momento de acercamiento a Jesús, donde Jesús deja de ser un personaje de un libro para convertirse en amigo. Pero al contrario de Abraham, cuando ese Primer Encuentro se aleja en el tiempo, cuando las dificultades de la vida no desaparecen, Dios vuelve a ser abstracto, vuelve a ser idea, vuelve a ser sólo un personaje de un libro.Y dudamos.
Esta nueva lectura de la vida de Abraham me han dejado con una profunda admiración por ese hombre, miles de años atrás, que se atrevió a dejarlo todo por una promesa. Por años- Años!- se alimentó de esa promesa. Su vida no fue perfecta. Su fe no fue perfecta. Su fe no era ciega. Y es que fe no es la ausencia de duda, sino escoger creer a pesar de las dudas. Abraham escogió creer. Abraham se aferró a ese Primer Encuentro. Y escogió no dudar, pero seguir adelante.
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