Thursday, August 24, 2017

Compartiendo mis lecturas 7: Mantener la paz frente a los propios defectos

Cada día nos enfrentamos a nuestros propios defectos, inconsistencias, faltas de carácter, pecados.Queremos cambiar, deshacernos de todo lo negativo en nosotros pero nos olvidamos de un principio fundamental
"... no se trata tanto de hacer unos esfuerzos sobrehumanos para eliminar totalmente nuestros defectos y pecados ( algo que, en cualquier caso, está fuera de nuestro alcance!), sino de recuperar lo antes posible la paz, evitando la tristeza y el desaliento cuando caigamos en una falta o cuando nos sintamos afectados por la experiencia de nuestras imperfecciones. "
Recuperar la paz lo más pronto posible es importante  por varias razones:

  • Es más eficaz para recibir la gracia de Dios, estar en paz para así dejar que Dios actúe.
  • Complace y agrada más al Señor porque es una indicación de nuestra confianza y de nuestro deseo de abandonarnos a su misericordia. 
  • La angustia, la tristeza y el desaliento generalmente están mezclados con orgullo propio. "Cuando el que desconfía de sí mismo y confía totalmente en Dios comete alguna falta, no se extraña, no se disgusta ni se inquieta, porque comprende... que es el resultado de su fragilidad y del poco cuidado que ha tenido en depositar su confianza en Dios. Esa caída, al contrario, le enseña a desconfiar todavía más de sus fuerzas y confiar cada vez más en la ayuda [divina].
  •  Nuestra confianza debe llegar a tal punto que estamos convencidos de que "Él es lo bastante bueno y poderoso como para sacar provecho de todo, incluida nuestras faltas y nuestras infidelidades."
  • Nos ayuda a diferenciar entre el auténtico arrepentimiento y el falso arrepentimiento que, en vez de llevarnos a los pies de Dios, nos llena de remordimientos, desánimo y angustias que nos paralizan.
No nos olvidemos que 
"El que cae, pero se levanta inmediatamente, no ha perdido gran cosa; más bien ha ganado en humildad y en experiencia de la misericordia divina. Pierda más que el que permanece triste y abatido. La prueba del progreso espiritual no es tanto la de no caer, sino la de ser capaz de levantarse rápidamente de las caídas."
¿Qué hacer cuando hemos pecado?

  • Recordemos que mientras más pronto recuperemos la paz interior, mejor será.
  • Es imprescindible que no variemos nuestros hábitos de oración. Recordemos que "nuestros pecados son un mal pretexto para alejarnos de Él."
  • Presentarnos delante del Señor tal y como somos, pedir perdón con corazón sincero. Esto nos abre a recibir sanación y hace posible nuestra transformación.
  • Recordemos que "la verdadera santidad consiste en reconocer siempre que dependemos exclusivamente de su misericordia."
  • Demos gracias a Dios por su misericordia, por rescatarnos y guiarnos.
  • Pensemos que si siempre hiciéramos lo correcto, si nunca pecaremos, correríamos el peligro de caer en la soberbia y en la vanidad, y nos olvidaríamos de que todo nos viene gratuitamente de Dios. Pecar, aunque es malo, nos mantiene humildes. La soberbia es un obstáculo al amor verdadero.


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